Miré la ventana, unas nubes grises amenazaban con atacar lanzando temibles gotas de lluvia, acumuladas durante todo el verano, y que ahora se acercaba su fin era el momento de salir de su escondite.
Recordé cuando era pequeña, todas las veces que llovía me sentía refugiada entre sus gotas aunque siquiera las rozara con los dedos. No me encontraba sola, la lluvia me observaba y cuidaba de mí. Parece la mayor tontería del mundo, pero cuando tienes seis años, te sientes sola y tus únicos acompañantes son tus visiones y tus juguetes buscas en cualquier sitio un poco de protección. También me daba muchas veces la sensación de que el mundo estaba triste cuando llovía, por lo que me alegraba pensar que al menos no era la única que se encontraba decepcionada y resentida con la vida. Sin embargo, cuando salía el arcoíris me enfadaba –me acuerdo de mis compañeras del colegio diciendo “¡Mirad, chicas! ¿No creéis que el arcoíris es precioso?” y yo siempre me reía por lo bajo, pensando que en realidad estaban mintiendo y compartían la misma opinión que yo–, porque, pensaba que al mundo ya se le había pasado la tristeza y yo, en cambio, continuaba igual. Aquel día, cuando vi que iba llover sentí algo de indiferencia por ella, pero rechacé completamente la idea de volver a presenciar el arcoíris, mi espíritu de niña saldría a la luz de nuevo y lo rechazaría pensando que el mundo ya está alegre.
¡Hola, hola! Como ya sabéis, las vacaciones ya acabaron y hemos tenido que volver a la rutina. Y, este año, como último de la ESO que es, me apetece ponerme las pilas, por lo que solo me conectaré los viernes por la tarde y en día ocasionales. He estado muy ocupada esta semana, por lo que no tuve tiempo de escribir algo nuevo. El relato "La Lluvia" pertenece a un fragmento de mi libro -como otros tantos que ya habéis leído-. Por eso estaré un poco ausente durante la semana y solo subiré relatos una vez por semana.
Y esto es todo, espero que lo entendáis :D
PD: El día 22 de Septiembre es mi cumple ^^