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domingo, 13 de enero de 2013

Cuando la soledad acecha





"No es por mí, es por ti"

Ésas fueron sus últimas palabras antes de abandonarla, antes de sumirla en el profundo vacío que las rupturas conllevan. No era capaz de explicar cómo pudo suceder. Su historia era bella, estaba segura de que él la necesitaba tanto como ella lo hacía. Pero no era así. Nunca lo fue. 
Se conocieron a los quince años, cuando él se balanceaba tranquilamente en un columpio y era el extraño chico nuevo. Ella fue la única que se acercó a él y le ofreció su amistad. El silencio era su medio de comunicación y las miradas que se perdían en el horizonte sus muestras de cariño.
Veía cómo todas las tardes combatía contra los zombis que se le presentaban en aquello a lo que él llamaba televisión. No le molestaba, aunque no le gustaba participar. Prefería ser una espectadora más y disfrutar del espéctaculo tridimensional que se le permitía observar. Era todo lo que él podía desear.
Le había confesado sus más íntimos secretos, lo había visto llorar. Pensaba que confiaba en ella, porque, sino, ¿a qué persona se le ocurriría contarle algo tan personal como lo que ella había sido capaz de escuchar?
¿En qué había fallado?
Poco a poco, la fue excluyendo de sus planes, como si en realidad fuese tan sólo una mota de polvo del jersey que llevaba puesto y que ansiaba quitarse de encima. Comenzó a quedar con sus nuevos amigos, sí, aquéllos que antes lo insultaban por ser diferente, y que ahora lo elogiaban por ver que era como ellos. Llegaba a altas horas de la madrugada y la única excusa que le ponía no era otra que "no tengo tiempo para estar solo". Ella lo creía, igualmente, aún pasaba tiempo con ella, cuando ésta lo observaba dormir y desencadenar una lucha contra una figura invisible cuando estaba en mitad de una pesadilla. Podía haberlo despertado. Podría.
Sin embargo, la máxima traición llegó en cuanto apareció Anastasia Robbins, o Stacia, como le gustaba que la llamasen. Su bella melena oxigenada era imposible ser comparada con la transparencia física de ella. Mientras Anastasia era guapa, ella debía conformarse con ser tan inestable como el agua al cambiar de frasco. Querer aspirar a algo más cuando sabía que nunca podría cumplir sus expectativas. Anhelar lo que no conseguiría jamás.
Sabía que un día ocurriría lo peor, que se desharía de ella, como otros tantos habían hecho antes. No obstante, intentaba hacerse a la idea de que, por muy acompañado que estuviese, siempre precisaría de ella para poner sus pensamientos en orden. 
Ingenua de ella. 
Una tarde como otra cualquiera, él llegó a su habitación y dejó la mochila en el suelo como en anteriores ocasiones había hecho. Pero no era el mismo. Había cambiado. Y sus remordimientos lo impulsaban a hacérselo saber.

-Soledad, tenemos que hablar.

Ella, que estaba en todas partes y en ninguna a la vez, se estremeció temerosa. Intentaba tranquilizarse, aunque le era imposible. Nunca antes se había dirigido así ante ella. 

-Sé que durante mucho tiempo has estado conmigo y has llenado el vacío que me causaba el que me ignorase la gente. Porque, en realidad, en ningún momento llegamos a estar solos del todo, sino parcialmente, ya que siempre hay alguien acompañándonos. No obstante, ahora que ya por fin tengo amigos e incluso novia, me doy cuenta de que ya no ocupas ningún lugar en mi corazón, que ya no hay sitio para ti. Ya no tienes porqué oprimirme el pecho con la angustia de ser un marginado social. Creía que aliviabas mi dolor cuando en realidad lo aumentabas. Te echo para siempre de mi vida. No es por mí, es por ti.

Soledad comprendió las palabras y, aunque intentó no llorar, unas gotas transparentes relucieron por ese bello rostro también transparente. Ella no pedía nada más que encontrar a alguien que de verdad la comprendiese, que no tuviese a nadie. Ser la única compañía de alguien. Que esa persona la necesitase tanto como el oxígeno que respiraba día a día. 
Abrió la ventana para hacerla desaparecer. Y ella, sin pensárselo dos veces, saltó al vacío. Dejó que el viento la atizase en su inmaterial figura, a la búsqueda de su nueva víctima. Cualquiera podría ser la nueva fuente de energía de Soledad, pero ella tenía otros planes. Esperar a que su antiguo acompañante se quedara solo otra vez y entonces volver a atormentarlo con su presencia. Puede que ella fuese mala con aquéllos que ignoraban su presencia, pero aún lo era más con aquéllos que la habían rechazado en cuanto ya les parecía un estorbo.

"Nos volveremos a ver, chico"

10 comentarios:

  1. Una entrada preciosa, de verdad. Me ha parecido increíble. Escribes genial.
    Gracias por pasarte y comentar en mi blog:)
    Un beso muy grande.
    http://lachicaconojosclaros.blogspot.com.es

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  2. Dios me ha encantado, en algunas partes la verdad es que me ha dado muchísima pena Soledad, ÉL es un auténtico capullo y me alegro de que cuando se vuelva a quedar solo ella lo atormente.

    Es indignante, es que no se acuerda de que fue ELLA quien se acercó a prestarle su amistad? Es un ingrato.

    Me encantó! Te sigo! ^^

    http://espejismosdelpasado.blogspot.com.es/

    Bss

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  3. Oh-My-GOD. Como siempre brillante, Dios, de verdad, no sé cómo lo haces joía, pero qué bien escribes coño!!
    Te adoro, adoro como escribes... todo, y lo sabes.
    Qué crack de verdad. Me ha encantado. <3

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  4. Siempre me recreo en tus entradas y me transporto,
    te dejo silenciosamente un abrazo
    para no molestarte y que sigas escribiendo..
    piropos ya te han dejado,

    besos desde el bosque

    ^^

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  5. hola cielo!
    Me identifico con tu texto.
    Y odio ese no es por mí y no por ti...
    En fin, me gusto mucho tu entrada.
    Espero que vuelvas a escribir pronto.
    Un beso guapa!

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  6. Hola!!
    Qué bonito.. pero qué triste =( me gusta como escribes :P
    Como soy nueva y eso voy a las demás entradas a leer más cositas :P

    Besos!

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  7. ES una entrada genial, la verdad de las mas reflexivas y las mas sinceras...
    Un beso, me paso ♥
    PD: Aprende a bailar bajo la lluvia

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  8. ¡Hola!

    Ains está muy bien escrito y es precioso, precioso en el sentido de agridulce, pero realista. No suele terminar todo bien ;)

    Un beso.

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  9. Joder, escribes realmente bien! Me ha gustado mucho, no me planteaba que "la chica" fuera la soledad, me ha parecido realmente interesante, tendré que leerte más amenudo.
    Ah, y lo de Miss The Misery, realmente va por una canción de Foo Fighters, pero he escuchado la canción de Halestorm y me ha encantado.
    Un beso

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  10. Soy muyyyy inteligente, parece ser que el día en el que te comenté mis neuronas estaban de vacaiones :S Volví a releer la entrada y me di cuenta de que Soledad no es una persona sino La soledad!!!

    Siento verguenza de mí misma por no haberlo pillado la primera vez, encuentro el sentido de cosas mucho mas complicadas y de esto no... -_- hayyyy que va a ser de mi!!! :D

    Preciosa te vuelvo a decir que me encantó ^^

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