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sábado, 6 de junio de 2020

Ni el bueno es tan bueno

Imagen de Sasha Freemind

Recuerdo todas aquellos momentos que pasamos juntos, aquellas ocasiones en las que no podíamos parar de reír, teníamos la certeza de que no iban a acabar nunca. O eso creíamos

Algún día, todas esas carcajadas se transformaron en momentos de tensión o incluso de resentimiento. No sabía qué había pasado, pero habíamos dejado de soportarnos. Habíamos dejado de lado ese vínculo que nos unía para forjar una sutil enemistad. No entendía qué había pasado, pero creo que tampoco lo comprendía nadie y, como siempre, la gente comenzó a establecer sus alianzas. Quién era el bueno y quién era el malo. ¿Justo? No. ¿Necesario? Tampoco. 

En este tipo de batallas silenciosas, siempre hay un ganador y un perdedor acorde a la opinión popular. Siempre se determina quién es la víctima y quién es el verdugo según las convicciones de cada uno. Reducimos la vida a dos posiciones opuestas: los buenos y los malos. 

Siempre crees que eres el bueno, hasta que la gente decide encasillarte como la persona que ha hecho daño a la otra. Argumentos insignificantes y frases lapidarias son su mejor arma para demostrar que tú eres quien ha hecho todo mal. 

Aunque al inicio me hundí tras verme olvidada como un muñeco viejo y adopté inconscientemente un rol victimista, hoy me despojo de todos mis temores y alzo la voz a los cuatro vientos para deciros: 

Ni el bueno es tan bueno ni el malo es tan malo. 

miércoles, 3 de junio de 2020

Reflexiones

Imagen de Darya Ogurtsova

Salta y ríe, salta y no pienses en el mañana. Deja todas tus preocupaciones a un lado y disfruta de hoy, porque es lo único que tienes. 

A veces, estamos tan concentrados en el futuro y todo lo que nos gustaría hacer, yo la primera, que nos olvidamos de lo fundamental. Este tiempo se va para no volver y, si no lo aprovechamos, quedará como una etapa más en nuestra vida que hemos dejado pasar. 

Mi pregunta es: ¿cuántos momentos habéis dejado pasar vosotros? Yo muchos, esperando un tiempo mejor o simplemente enfocándome en cosas que pensaba en aquel momento que eran más necesarias que disfrutar de la vida. Estudiar,  trabajar y un largo etcétera. Al final, me he dado cuenta de que en su justa medida todo es importante. 

Nada debería desequilibrar la balanza por encima de nada. Aunque creas que algo es fundamental a día de hoy, cuando eches la mirada atrás verás que no lo era tanto. que tal vez otros instantes que consideraste menos relevantes eran los que de verdad deberías haber aprovechado. 

Así que de buena mañana escribo este post para deciros que si hay algo que no estéis haciendo o lo estéis posponiendo por la falsa creencia de que lo podéis llevar a cabo después y no me refiero a deberes o trabajo, os sentéis con vosotros mismos y lo disfrutéis. Si no, pasará el tiempo y algún día las excusas de hoy serán las preguntas del mañana: ¿por qué dejé de hacer esto? 

Escribir un libro. 
Escribir un guion. 
Dibujar. 
Aprender un baile. 
Apuntarse a una audición. 
Ser feliz.
Las opciones son infinitas. 

¿Cuáles son vuestras excusas? 


sábado, 30 de mayo de 2020

Vive el presente

Imagen de Cristina Gottardi

Los primeros años de Lucy no fueron fáciles, lo que la obligó a crecer más rápido de la cuenta, vivía en una pesadilla constante. Pero como dice el dicho, no mal que dure cien años, y momentos mejores llegaron. Fue durante la adolescencia, cuando consiguió crear un buen grupo de amigos con los que disfrutó maravillosas aventuras. Nunca se había reído tanto, ni se lo había pasado tan bien. 

Sin embargo, las situaciones siempre evolucionan y una vez se graduaron y fueron todos a la universidad, comenzaron a separarse. Ya no estaban tan unidos como antes, cada uno parecía haber rehecho su vida con otras personas, todos menos Lucy. Lucy seguía anclada en el pasado, viendo cómo se iban esos días para no volver.

Esta no es la historia en la que todos dejaron de ser amigos y nunca más se volvieron a ver. Siguieron quedando de vez en cuando para ponerse al tanto y recordar viejos momentos. Simplemente, todos habían continuado por otro camino, incluida Lucy, solo que ella deseaba que todo volviese a como era antes. 

En el final de sus días, todavía pensaba en esos años tan positivos para ella. Cuando falleció, el concepto de Cielo no era como se lo habían planteado, sino que se le daba la opción de quedarse a vivir en una etapa de su vida, en la que más feliz hubiese sido. Todos los días serían diferentes, pero siempre dentro de un mismo período. Lucy, obviamente, escogió la parte de su adolescencia en la que se lo pasaba tan bien con sus amigos. 

Al principio, se alegró mucho de poder recuperar esos años que creía perdidos y comenzó a divertirse al máximo. Sin embargo, al cabo de las semanas, se dio cuenta de que algo no iba bien. Se estaba empezando a cansar en determinados momentos y entonces comprendió que tal vez su adolescencia no había sido tan maravillosa como la recordaba. No, no había sido mala época, pero tal vez en contraste con aquella infancia negativa ella la había visto con mejores ojos. 

Lo que no se había dado cuenta es que había dejado de vivir el presente por recordar aquellos años que ella misma idealizó. Ahora ya es demasiado tarde para ella, pero desde aquí, Lucy te quiere mandar un mensaje: Vive el presente


Espero que os haya gustado la entrada, disculpad por no haber publicado el miércoles, ha sido una semana muy ajetreada de trabajo.

lunes, 25 de mayo de 2020

Feliz cumpleaños, papá

Imagen de Derek Thomson


El texto de hoy se lo quiero dedicar a mi padre, que su cumpleaños es mañana y a causa del confinamiento lo tenemos que celebrar en ciudades diferentes.  

Supongo que podría decir lo típico que se dice en las felicitaciones de cumpleaños: te quiero mucho, eres el mejor padre del mundo, no sé qué haría sin ti... Y, aunque todas son ciertas, creo que mi felicitación puede ser un poquito más extensa. 

Mi padre y yo no compartimos casi ninguna afición, excepto la de ver series de ciencia ficción. Es por eso que de pequeña nuestros pocos momentos padre e hija eran con los juegos de ordenador, que he de reconocer que siempre nos acababan matando porque él no tenía mucha maña. Pero yo me lo pasaba muy bien igualmente. 

Así como otros vínculos padre e hija han sido mucho más sencillos y fluidos, nuestra relación sí se ha tambaleado por diferentes obstáculos en la vida. Pero creo que eso nos ha hecho más fuertes y que nos queramos más, porque nos queremos de verdad, no ponemos el modo automático al afecto que nos tenemos porque él sea mi padre y yo su hija. 

Sin su apoyo, desde luego que no sería quien soy a día de hoy ni habría cumplido todos los sueños que he logrado a día de hoy. Me considero una persona afortunada por tenerlo a mi lado y eso no lo puede decir todo el mundo. Porque como mi padre no hay otro, ni lo va a haber nunca.


Gracias por hacerme reír.

Gracias por estar cuando te necesito.
Gracias por hacerte querer. 

Papá, te quiero muuuuuuucho, feliz cumpleaños.