Su pálida mano asciende lentamente. Ahí está, otra vez, esa cuerda prácticamente imperceptible que tira de ella guiando todos sus actos. El pequeño destello que produce el hilo al encontrarse con la luz del Sol la asusta. Destino ha vuelto a comenzar. Destino, ese loco que salió del Manicomio de la Eternidad por ser el más cuerdo de todos.
Su trabajo es suspender en el vacío de la desesperación a cientos de marionetas manejándolas a su antojo, haciéndolas sentirse miserables e incomprendidas, tal y como él se sintió una vez ante los ojos del mundo que lo rodeaba, por eso ahora se encuentra todo el día escondido en su dúplex iluminado tan sólo por la luz que entra por la ventana de su desordenada habitación.
Ninguna marioneta ha visto jamás el rostro de Destino; no obstante, la más envejecida de su siniestra colección especula que debe ser mucho más terrorífico que la peor de sus pesadillas: estar allí. Ella siempre ha creído las hipótesis de aquel viejo muñeco de porcelana, de hecho, todos lo hacen, como cuando afirmó que lejos de aquel vacío de preocupación y dolor hay un suelo sólido esperándolos para poder mimarlos con la calidez que siempre han aguardado; aunque todos pensaron en ese instante que era mentira, muchos deseaban que fuese cierto, porque eso significaría que Destino habría menospreciado dos de las miles de placas de madera barnizadas que sostiene día y noche.
La muñeca mira con tristeza su vestido azul eléctrico cargado en decepción, que ahora se eleva debido a una suave brizna que ha entrado por la ventana. ¿Cuándo comenzó esto? Ella sólo era una marioneta que pasaba las tardes contemplando los anocheceres desde el escaparate de cristal que la separaba del exterior. Entonces quería escapar de la prisión que la decoraba con cifras que ponían precio a su vida. Al menos era mucho mejor que el conflicto emocional en el que está ahora, porque al menos sabía que un día sus momentos en la tienda finalizaría, ahora duda siquiera que pueda desafiar con la mirada a la luna y, a sus soldados, las estrellas.
Destino se ha encargado desde su llegada que se acerque a marionetas que nunca habría conocido en la juguetería en la que fue confeccionada. Una vez consigue tomarles cariño, olvidando el dolor en el que la han sumido otras, él, harto de presenciar la misma escena una y otra vez, inclina sus dos placas en forma de cruz dejando caer sus sueños en el vacío inmenso. Se le han vuelto a escapar, otra vez.
Hoy es diferente. Hoy no conoce a nadie. Hoy no se lleva decepciones con las conversaciones guionizadas de Destino. Hoy no llora porque su sonrisa rojiza de pintura se está borrando. Hoy simplemente cae, cae como un ave herida. Cae sola, ya que los finos hilos que la sujetan han cedido, no la soportan más, la abandonan como tantas marionetas han hecho ya. Durante minutos, su único acompañante es el viento que se forma debido a la caprichosa gravedad que tira de ella con fuerza. Quiere tener miedo, pero el miedo está tan asustado que se ha cobijado en una de las sombras de la oscura habitación.
Una vez ha perdido toda ilusión de escapar de ese lugar inmundo, impacta contra una superficie sólida. Es curioso, porque durante meses y meses sus delicados pies de cerámica china no han rozado nada más que aire. Aunque no pueda moverse, siente que una felicidad cosquilleante le recorre los dedos de las manos, anunciándole que ha llegado a la tierra prometida con la que todas las marionetas como ella han soñado por lo menos una vez en su vida: el suelo. No es tan cálido como muchos corroboran, es más frío que sus propios corazones, pero le resulta tan acogedor que no le importa en ningún instante sentir cómo poco a poco las mejillas se le sonrosan. Está a salvo, después de todo.
Pobre juguete, que piensa que es libre, sin tener la más mínima idea de que el destino acaba de comenzar su tortura con ella, mientras su mundo de porcelana se resquebraja poco a poco.
Su trabajo es suspender en el vacío de la desesperación a cientos de marionetas manejándolas a su antojo, haciéndolas sentirse miserables e incomprendidas, tal y como él se sintió una vez ante los ojos del mundo que lo rodeaba, por eso ahora se encuentra todo el día escondido en su dúplex iluminado tan sólo por la luz que entra por la ventana de su desordenada habitación.
Ninguna marioneta ha visto jamás el rostro de Destino; no obstante, la más envejecida de su siniestra colección especula que debe ser mucho más terrorífico que la peor de sus pesadillas: estar allí. Ella siempre ha creído las hipótesis de aquel viejo muñeco de porcelana, de hecho, todos lo hacen, como cuando afirmó que lejos de aquel vacío de preocupación y dolor hay un suelo sólido esperándolos para poder mimarlos con la calidez que siempre han aguardado; aunque todos pensaron en ese instante que era mentira, muchos deseaban que fuese cierto, porque eso significaría que Destino habría menospreciado dos de las miles de placas de madera barnizadas que sostiene día y noche.
La muñeca mira con tristeza su vestido azul eléctrico cargado en decepción, que ahora se eleva debido a una suave brizna que ha entrado por la ventana. ¿Cuándo comenzó esto? Ella sólo era una marioneta que pasaba las tardes contemplando los anocheceres desde el escaparate de cristal que la separaba del exterior. Entonces quería escapar de la prisión que la decoraba con cifras que ponían precio a su vida. Al menos era mucho mejor que el conflicto emocional en el que está ahora, porque al menos sabía que un día sus momentos en la tienda finalizaría, ahora duda siquiera que pueda desafiar con la mirada a la luna y, a sus soldados, las estrellas.
Destino se ha encargado desde su llegada que se acerque a marionetas que nunca habría conocido en la juguetería en la que fue confeccionada. Una vez consigue tomarles cariño, olvidando el dolor en el que la han sumido otras, él, harto de presenciar la misma escena una y otra vez, inclina sus dos placas en forma de cruz dejando caer sus sueños en el vacío inmenso. Se le han vuelto a escapar, otra vez.
Hoy es diferente. Hoy no conoce a nadie. Hoy no se lleva decepciones con las conversaciones guionizadas de Destino. Hoy no llora porque su sonrisa rojiza de pintura se está borrando. Hoy simplemente cae, cae como un ave herida. Cae sola, ya que los finos hilos que la sujetan han cedido, no la soportan más, la abandonan como tantas marionetas han hecho ya. Durante minutos, su único acompañante es el viento que se forma debido a la caprichosa gravedad que tira de ella con fuerza. Quiere tener miedo, pero el miedo está tan asustado que se ha cobijado en una de las sombras de la oscura habitación.
Una vez ha perdido toda ilusión de escapar de ese lugar inmundo, impacta contra una superficie sólida. Es curioso, porque durante meses y meses sus delicados pies de cerámica china no han rozado nada más que aire. Aunque no pueda moverse, siente que una felicidad cosquilleante le recorre los dedos de las manos, anunciándole que ha llegado a la tierra prometida con la que todas las marionetas como ella han soñado por lo menos una vez en su vida: el suelo. No es tan cálido como muchos corroboran, es más frío que sus propios corazones, pero le resulta tan acogedor que no le importa en ningún instante sentir cómo poco a poco las mejillas se le sonrosan. Está a salvo, después de todo.
Pobre juguete, que piensa que es libre, sin tener la más mínima idea de que el destino acaba de comenzar su tortura con ella, mientras su mundo de porcelana se resquebraja poco a poco.
Me encanta tu entrada,casi me ha hecho llorar :)
ResponderEliminarMe encanta.
ResponderEliminarVeo en la entrada un pensamiento tomando la forma de una historia... es eso lo que has hecho, no?
Triste, pero quizás algo así pase en realidad.
Un besito!
Aveces estamos seguros de algo que no es seguro porque no vemos donde nos metemos no es como pensamos que es. La plantilla del blog la hice yo. Hay blogs muy buenos que te pueden ayudar como http://annyz-kawaii.blogspot.com.es/
ResponderEliminarhttp://cocoteen.blogspot.com.es/
Practica un poco con un blog de prueba.
Gracias por pasarte, un placer leerte, besos.
Yo no creo en el Destino, pero he de reconocer que ésta entrada con él como uno de los personajes principales, me ha encantado.
ResponderEliminarMe encanta la entrada, casi me hace llorar a mi tambien!
ResponderEliminarbesos
Gajes del oficio supongo, aunque esto no sea n oficio u.u
ResponderEliminarGracias por comentar <33
Wow, escribe un libro de relatos, en serio, porque es que son increíble *-*
ResponderEliminarQue genial, me ha gustado mucho tú blog. ¡Y te sigo! Gracias por pasarte por el mío, espero que vuelvas. Y de hecho, cuando vuelvas, si te gusta lo que ves, podrías comenzar a seguirme si quieres. No dejes de escribir, un saludo anorme de: www.smileandwomanocry.blogspot.com :^) ♥
ResponderEliminarEs genial, me ha encantado tu blog.
ResponderEliminarEn el fondo todos somos una marionetas manejadas al antojo de otra "persona"
Muchas gracias por pasarte por mi blog
Un beso :)
Me gusta muchísimo.Hay una canción que habla de que somos marionetas de la sociedad y tu escrito me la recordó.Un beso,según subas más y avisa en tuenti. (:
ResponderEliminarTe agrego.
[Pilar]
¡Buah! Maldito Destino, a mi desde luego me tiene manía (y más hoy) jajaja
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu manera de escribir, por ahí arriba te han dicho que hagas un libro de relatos, la verdad es que creo que te saldría muy bonito.
Un beso :)
Ha sido impresionante, casi no tengo palabras para definir cómo me siento. Digamos que me he puesto a mensar en miles de cosas mientras leía este texto, en cómo, una vez pisado el suelo, parece que el Destino disfruta más jugando con nosotros, manejándonos a su antojo y cambiando nuestro camino cuando creíamos que estábamos avanzando por la senda correcta. Quizás la clave está en que nunca dejaremos de ser marionetas, y en nuestras manos está el saber modelarnos a esas nuevas puertas que se van abriendo ante nuestros ojos.
ResponderEliminarImpresionante, como siempre :D Un besote!!
Wooow me encanto! la forma en la que escribes, me gusto tambien la entrada. el destino juega con nosotros.. algunas veces para bien, otras para mal, pero asi es como va la vida..
ResponderEliminarme fascino tu blog, Cuidate! te espero: http://kristhen-geraldin.blogspot.com
me ha encantado!!
ResponderEliminares precioso como siempre tus textos impresionantes
un beso
hola,
ResponderEliminartenes un blog muy bonito :)
me encanto, te sigo...
saludos desde: http://www.mi-mundo-flash.blogspot.com.ar/
Es precioso!!!! me encanta!! :)
ResponderEliminarImpresionantee... Me has dejado sin palabras(: Maravilloso (te digo:3) Un besoo^^ www.hopingthereality.blogspot.com (:
ResponderEliminarMe encanto, es increible como lo describiste. Me emocionaste incluso.
ResponderEliminarUn besazo