Corría, corría por los pequeños pasadizos del sótano de alguna casa. No recordaba cómo había llegado allí, ni tampoco por qué tenía la necesidad de salir. Lo único que podía hacer es obedecer a la voz que la incitaba a no parar de moverse, a continuar huyendo de una figura a la que ella no era capaz de dar forma, pero sabía que si se paraba, ésta la alcanzaría y lo que ocurriese después no sería nada bueno para su persona.
Notaba una presión cada vez más fuerte en los pulmones, que intentaban avisarla de lo que sus gemelos no habían podido. Tenía que parar. Aunque sólo fuesen cinco míseros segundos. Y, en principio, esa idea no le pareció del todo mala, tomaría bocanadas de oxígeno para recuperar el perdido y, luego, seguiría hasta llegar a aquel lugar que tanto ansiaba alcanzar, como una meta extraviada en la oscuridad de su alma.
Hubo un momento en el que tuvo que apoyarse en las mohosas paredes para cansarse menos. Estaban mugrientas, pero a ella ya no le importaba, sólo quería salir lo antes posible de allí, ganar un juego que ella no recordaba haber empezado. Le daba la sensación de que a medida que avanzaba, las paredes se estrechaban más, hasta que llegase un momento en el que querrían darle un abrazo asesino.
Sin embargo, las cosas empeoraron en el momento en el que notó cómo unos diminutos cristales de color verde se clavaban en sus pies amenazándola y dejando un pequeño rastro de sangre a lo largo del interminable pasillo, para que aquél que la persiguiese supiese que no iba mal encaminado en su búsqueda. Cada doloroso paso la incitaba a gritar, pero no podía, y eso la frustraba, es como si alguna malvada bruja le hubiese robado la voz. No aguantaría eternamente, habría un momento en el que daría un paso en falso y lo lamentaría el resto de su vida, si es que podía.
De repente, el liso suelo cambió su estructura por una más inestable, para mostrarle que nunca podría ganar ese juego, que había sido creado con la intención de que siempre hubiese un mismo vencedor, que por supuesto no era ella. Al no reaccionar su cuerpo al mismo tiempo que su mente, se vio caer, caer como una roca tirada desde un precipicio. Era el final.
Lo siguiente que recordó fue a ella tumbada en una superficie fría y que se acomodaba demasiado bien a su espalda: era una cama. Ya no estaba en los pasillos de aquel sótano, sino en una habitación que se asemejaba demasiado a la que tenía cuando tan sólo era una niña que soñaba con volar tan alto como Peter Pan. Todos los dibujos que cubrían las paredes habían sido testigos de muchas cosas que se ocultaban tras sus inocentes e infantiles sonrisas.
Quiso levantarse, pero notó que algo tiraba de ella fuertemente, algo frío, como el resto de la habitación. Un cinturón de cuero que alguien había atado a los barrotes de la cama le oprimía el tobillo impidiéndole huir. Gritó lo más fuerte que pudo, ya no le importaban las consecuencias de sus acciones, sólo deseaba salir como fuera. La única respuesta que obtuvo fue la aparición de un hombre de mediana edad, que la observaba desde el otro lado de la puerta. Su rostro le recordaba a alguien, pero no sabía decir a quién. Entró en la habitación y desató el cinturón de cuero que la aprisionaba en su propio refugio. Por un instante, sintió que era su salvador, que la había liberado de cualquiera que fuese su castigo; pero ese momento fue tan efímero que no le pareció ni haberlo pensado. Vio cómo poco a poco alzó el cinturón que antes la unía a la cama. Se hizo un ovillo como si por acurrucarse más empequeñecería hasta desaparecer de aquel espantoso lugar.
"Es para que aprendas a ser una niña buena. Es para que aprendas a ser una nina buena"
"Es para que aprendas a ser una niña buena. Es para que aprendas a ser una nina buena"
Esperó con impaciencia que descargase su rabia camuflada en educación, deseando que acabase ya todo, que pagase por el error que creía haber cometido. Pero entonces, una serie de imágenes comenzaron a rondar en su cabeza. Era todo tan real que parecía que estuviese allí en lugar de tumbada en una cama esperando su castigo.
Podía ver cómo ella caminaba por una desierta calle rodeada de niebla donde una gran cantidad de casas se apilaban como si no hubiese espacio suficiente para todas ellas. Una casa destacaba sobre las demás, no estaba pintada con el mismo color rojo oscuro que caracterizaba a las otras; además, era más grande, mostrando su superioridad y que el dueño de ésta tendría mayor poder adquisitivo como para disponer esa, más bien, mansión. Ella decidió acercarse a la casa, por una razón que aún desconocía. Se gritaba que no lo hiciese, que no ocurriría nada bueno. No obstante, continuó.
Podía ver cómo ella caminaba por una desierta calle rodeada de niebla donde una gran cantidad de casas se apilaban como si no hubiese espacio suficiente para todas ellas. Una casa destacaba sobre las demás, no estaba pintada con el mismo color rojo oscuro que caracterizaba a las otras; además, era más grande, mostrando su superioridad y que el dueño de ésta tendría mayor poder adquisitivo como para disponer esa, más bien, mansión. Ella decidió acercarse a la casa, por una razón que aún desconocía. Se gritaba que no lo hiciese, que no ocurriría nada bueno. No obstante, continuó.
Pudo observar que cerca se situaba un árbol desnudo con dos cuervos en cada una de sus ramas, como si sus plumas pudiesen asemejarse con las hojas que solían abrigarlas cuando menos les hacía falta. Parecían mirarla con ojos humanos, advirtiéndole que lo mejor que podía hacer era interrumpir su ruta y seguir en otra dirección. Sin embargo, ella se estremeció, se sintió como si cada uno de los cuervos fuesen a picotearla con sus futuros remordimientos.
Cuando fue a llamar al timbre, observó un lema grabado en la puerta de entrada: "Controla al juego o el juego te controlará a ti". Antes de poder siquiera tocar el interruptor blanco y rodeado de motivos florales también blancos la puerta se abrió, como si ya esperase su llegada. Ella entró sin más determinación, buscando algo o a alguien en su interior. Notaba cómo los latidos de su corazón aumentaban rápidamente catapultándola a un grado elevado de estrés.
A su derecha, se percató de la presencia de un
marco que se posaba sobre una cómoda de madera de pino. La foto enmarcada
mostraba la imagen de una familia feliz –o que fingía serlo– que estaba sentada
en pequeño pero cómodo sofá. Pudo reconocer a sus padres, años antes de
divorciarse, y a ella misma sonriendo cuando tan sólo tenía siete años. No tenía ni idea de si en realidad era feliz o simplemente posaba para la foto, pero
recordaba con amargura esos años, clavándose como un punzante dolor en lo más
profundo de ella. Fue a cogerla, sólo para recordar los viejos tiempos, se dijo,
intentando convencerse de que no lo echaba de menos.
En cuanto tuvo la foto en sus manos escuchó un
estruendo que la asustó. Miró al suelo y observó cómo un charco amarillento y
espumoso bañaba el parquet e inundaba los fragmentos de cristal verde oscuro
que contenían aquel líquido con un grado moderado de alcohol antes de romperse.
––¿Qué haces aquí? ––preguntó una voz
detrás de ella.
Se giró sobresaltada para ver al mismo hombre que
aparecía en la fotografía con diez años de más. Se podían observar los cambios
producidos en ese tiempo, a causa de la cercana vejez. Las arrugas decoraban
cruelmente su rostro mientras que las canas intentaban endulzar la personalidad
oscura del individuo. No pudo evitar mirar el destrozo que había provocado la
joven de diecisiete años al tirar su botella de cerveza. Temió que sonriese
como todas aquellas veces había hecho antes de comenzar a perseguirla por toda la casa,
pero ahora no sería capaz, ya no podía. No obstante, la mirada de la joven no estaba
entretenida en su rostro, sino en el elegante cinturón marrón de cuero que
adornaba sus pantalones de pana para que no le estuviesen demasiado grandes.
Sintió cómo una vez más ese complemento la atizaba en todo su ser. Después, notó un fuerte escozor por todo su cuerpo, sólo que estaba vez era imaginario. Tragó saliva.
––Hola, papá.
Demasiado tarde para salir corriendo.
*
"Este relato es totalmente ficticio. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia"
Qué bueno el relato, casi nos podemos estremecer junto a ella cuando coge la fotografía!
ResponderEliminarBesos
Sin palabras, me ha encantado leerte y saber que te seguía desde hace mucho :)
ResponderEliminarSigue así, un beso enorme <3
http://disfruta-del-amor.blogspot.com.es/
Si es que estás hecha para escribir.
ResponderEliminarEs un relato que me ha dado escalofríos.
Escribes de maravilla.
Un beso :) May R Ayamonte∞
Muy bueno el relato, escribes muy bien. Me ha mantenido intrigada y sin parar de leer, hasta ver el desenlace.
ResponderEliminarTienes un blog muy bonito, por dentro y por fuera (me encanta el fondo).
Me quedo por aquí, te sigo.
Un besito desde mi rincón de la lectura :D
muchas gracias por pasarte por mi blog, guapa :D no he podido leerlo entero, pero me ha encantado :D
ResponderEliminarhttp://californiamadness.blogspot.com.es
te sigo desde ya y te recomiendo en Facebook! :)
ResponderEliminarwww.cenicientanollevazapatos.blogspot.com
Impresiona bastante. Tienes facilidad para envolver al lector con tus letras y llevarle al mundo que imaginas.
ResponderEliminarUn abrazo.
PD: Te invito a mi pequeño rincón.
Muchas gracias por pasar por mi blog y quedarte cerquita.
ResponderEliminarEres muy buena escribiendo, que envidia guapa.
Un abrazo
Una reverencia por tus escritos...
ResponderEliminargracias por venir a verme
y te felicito,
besos desde el bosque
^^
Escribes genial! Gracias por pasarte xx
ResponderEliminarthatallcanido.blogspot.com
Me has dejado boquiabierta... ¡DIOS! ¡Escribes de putísima madre! Siento que me queda tanto por aprender leyéndote. El relato ha estado fantástico, como me has sorprendido conforme avanzaba la historia. Simplemente me ha encantado.
ResponderEliminarTe estoy siguiendo, mil gracias por pasar por mi blog. Leyéndote no puedo comprender como ha llegado a gustarte alguno de mis textos.
Un abrazo.
http://my-pinkdreams.blogspot.com.ar/
Wow, creo que aun estoy flipando! Sin duda escribes genial :D
ResponderEliminarUn beso, me paso ♥
http://believebreathedream.blogspot.com.es/
Pd: Aprende a bailar bajo la lluvia ∞
Un lugar de las tentaciones siempre es tentador.
ResponderEliminarHacía como mil años que no me pasaba por tu rincón.
ResponderEliminarBueno, hacía mil años que no pasaba por blogger. Pero he vuelto (más o menos) y eso, aquí estoy.
Y me quedo, señorita.
(un saludo)
Me parece impresionante. Muy bonito.
ResponderEliminarMuy bonito Esperanza,en serio,parece que cada día mejoras más y más ^^ me ha encantadOo..
ResponderEliminarEs increible, acabo de ver tu blog porque me comentaste y me encanta. Es precioso como escribes. Tienes una nueva seguidora, me encanta en serio.
ResponderEliminarhttp://queenofyourdreams.blogspot.com.es/ ♥
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